Primavera de rojo
sobre negro
Para analizar esta primavera astrológica voy a recrear un juego cromático
que inicio con el color rojo emergiendo sobre el negro y que representa el principio
(rojo) del fin (negro).
EL PRINCIPIO: El día 20 de Marzo del 2015 a las 23:50 entra el Sol en Aries. El Sol
está asociado al color rojo y a Aries, el primero de los signos zodiacales,
acoge el equinoccio de primavera y el inicio del año astrológico.
EL FIN: Junto a este hecho, unas horas antes, entre las 08:57 y las 11:29, se
produce un eclipse solar en el signo de Piscis, curioso, la ausencia de luz, el
negro, en el último de los signos zodiacales.
Profundicemos algo más en la simbología de ambos colores.
Al color NEGRO se le asocia, en el sentido negativo, con el poder,
la violencia, la muerte, la austeridad, la soledad, el aislamiento, la
separación, la tristeza, la pobreza,…o, alguna de las situaciones asociadas a
lo que hemos venido a llamar, “la crisis”, esa que, de una u otra manera, nos
ha afectado a casi todos.
Por otra parte, en su asociación con la astrología, a este color se le
relaciona con el signo de Capricornio (junto con su planeta regente Saturno) y
con el planeta Plutón (junto a su signo Escorpio).
Plutón está en Capricornio desde el 2008 hasta el 2020. A partir del
2012, con la primera cuadratura exacta de Urano, puede que hayamos vivido la
mayor tensión que esta posición genera y ahora, en Marzo del 2015, asistimos a
la séptima y última tensión entre estos dos planetas comenzando así una relativa
liberación.
En su parte positiva, el color negro y Plutón en Capricornio también
auguran otro tipo de esperanzas.
El negro conduce a la voluntad de dominio, al poder organizador para
cualquier realización práctica, al necesario para lograr objetivos materiales.
Los alquimistas iniciaban su obra con el negro, ya que era el origen de
todas las transformaciones posteriores, al igual que las vírgenes negras que
simbolizaban la fecundidad.
A su vez, el color ROJO está
asociado a Aries y a Marte, su planeta regente. Es el color de la energía, de
la acción, del impulso inicial, del coraje, del optimismo, del entusiasmo, de
la sangre, de la pasión y del deseo; es el símbolo del líder.
El rojo es el color con el que se inicia esta primavera despertándonos
abruptamente de la apatía y de la indiferencia, simbolizadas por el negro, para
lanzarnos a nuevas aventuras.
Pero ¡cuidado!, también nos adentrará en nuevas batallas, en nuevos
riesgos. De hecho también es el color que anuncia las cosas peligrosas; el
fuego, el rubor de la rabia, los volcanes, lo prohibido. Lo positivo y lo
negativo unidos.
Una conjunción de Urano-Marte en Aries, al principio de esta primavera,
convierte a esta estación en más explosiva de lo habitual. Esta unión es
especialmente peligrosa e impredecible, inclina a los accidentes, a la
violencia, a la precipitación y a la impulsividad.
La velocidad, la electricidad, el fuego y los objetos cortantes son
alguna de las cosas que debemos controlar, intento que no evitará sucesos que
escapen de cualquier previsión.
En los aspectos que tengan que ver con los conflictos, divorcios, luchas
y enfrentamientos nos conviene recordar la famosa frase de Shakespeare.
“Cuidado con la hoguera que enciendes contra tu enemigo no sea que te chamusque
a ti mismo”.
Otro eclipse el 4 de abril, esta vez lunar y llamada “luna de sangre”,
nos devuelve otra vez a la oscuridad, a lo negro, para que no olvidemos de
donde surge ese ansia por vivir, por crear, por encontrar nuevos caminos, por
derivar hacía el rojo pasional.
Como toda primavera, ésta más que nunca, recogerá la semilla germinada en
el duro y oscuro invierno para hacerla renacer con una explosiva energía que
llenará nuestra vida de alegre y vivo colorido. Démosle la bienvenida como se
merece, quemando todas las ligaduras que vienen del pasado y que nos
esclavizan.
Porque este es, en definitiva, el viaje de esta primavera que se inicia
en Aries de un modo anarquista, como el rojo y negro de su bandera, con ansias
libertarias.
Después, pasaremos al signo de tierra Tauro donde estabilizaremos,
daremos forma, aseguraremos y fijaremos lo que hasta ese momento hayamos
conseguido.
Es en el signo de aire, Géminis, donde sentiremos la necesidad de
pensar, de fijarnos en las contradicciones en las que hayamos incurrido, en
nuestra necesidad de ellas para poder reflexionar, para poder comunicar o
firmar acuerdos.
Atravesaremos un proceso necesario para ser más sabios, más
evolucionados, para prepararnos lo mejor posible para afrontar con decisión los
retos que nos deparará la próxima estación.