El destino y los
nodos lunares
“El destino es el que
baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos”
Hay
muchas cosas que determinan nuestro paso por la vida: la genética, la cultura,
la economía, el lugar geográfico donde nacemos o nos desarrollamos y un largo etcétera, la astrología considera,
además, varias posiciones de la carta natal como partes de nuestro destino, teniendo
especial relevancia los llamados Nodos Lunares.
Los
Nodos Lunares son puntos en el firmamento que no corresponden a planetas,
satélites, o a ningún otro cuerpo celeste, si no que corresponden a las
intersecciones de la órbita de la luna alrededor de la Tierra cuando se cruza
con la órbita de la tierra alrededor del sol.
Cuando
el nodo lunar es ascendente se denomina Nodo Norte o Cabeza de Dragón, mientras
que al nodo lunar descendente se le denomina Nodo Sur o Cola de Dragón. En la
astrología india reciben, respectivamente, los nombres de Rahu y Ketu.
El
Nodo Sur nos explica el bagaje que traemos a esta vida. Las distintas escuelas
astrológicas lo definen de distintas maneras.
Para
la astrología reencarnacionista, dicho
bagaje lo forman las experiencias de una o más vidas anteriores.
Para la astrología humanista y para la psicológica,
corresponde a nuestro propio pasado, a lo que ha conformado nuestros patrones
de comportamiento, a donde nos hemos identificado con algo o donde nos sentimos
cómodos.
El
Nodo Norte nos habla de hacía donde nos dirigimos, del camino que debemos
seguir para evolucionar. Acerca a nuestra vida las circunstancias necesarias
para que podamos encontrarnos cara a cara con nuestro destino. Nos muestra la lección principal que debemos
aprender en la vida presente y nos lanza hacia el futuro.
Para
la astrología reencarnacionista,
significa la puerta de salida de la presente reencarnación hacia otra, mientras
que para la astrología humanista y
para la psicológica es el caminar
hacia un desarrollo evolutivo superior.
Para
poder precisar cómo nos afectan los Nodos Lunares debemos tener en cuenta su posición, y
en este momento Norte y Sur se encuentran respectivamente en los signos de
Libra y Aries desde el 22 de marzo del 2014 y estarán, en ellos, hasta el 10 de
octubre del 2015.
Todos
los equinoccios de otoño coinciden con
la entrada del Sol a 0º del signo de Libra, este año esto sucede el 23 de
septiembre a las 4h 29m, encontrándose con el Nodo Norte en su recorrido. Es lo
que hace de este otoño una estación muy especial marcada por circunstancias y
experiencias a las que estamos predestinados, y siempre relacionadas con el
simbolismo del signo de la balanza.
El
Nodo Sur en Aries, junto con Urano, nos
inclina a la violencia, a la guerra, a las rupturas, a los desequilibrios, al
nerviosismo. También, a la lucha por la independencia y por la libertad.
Pero
son estas mismas cosas las que también nos van a proporcionar un fuerte impulso
para dirigirnos hacia nuestro destino actual, es decir, hacía el Nodo Norte.
El
Nodo Norte en Libra nos inclina, por el contrario, hacía el amor, la paz, las
uniones, la diplomacia, el equilibrio, la belleza, la justicia, la armonía, la
igualdad y la estabilidad.
Hacia
este destino nos dirigimos, cada uno de nosotros en distintas áreas de la vida,
dependiendo de en qué casa de nuestra
Carta Natal se sitúe el signo de Libra. Debemos por tanto conocer nuestra Carta
Natal para, conociendo nuestro pasado, precisar la influencia del Nodo Norte en
nuestras relaciones personales, profesionales, políticas….
Este
destino común que sugiere el nodo norte y que nos unifica a todos, nos hace
recordar las consideraciones científicas
de Carl Sagan diciendo “somos polvo de
estrellas ya que nuestra composición química es la misma que la de ellas”.
También, la cosmología actual nos habla de la unidad de todo lo que existe en
este universo en el que habitamos.
Y,
para terminar, recordar una frase del más reconocido de los científicos, Albert
Einstein: “todo está determinado, tanto
el principio como el fin, por fuerzas sobre las cuales no tenemos ningún
control. Está determinado para los insectos así como para las estrellas. Seres
humanos, vegetales, o polvo cósmico, todos bailamos al son de una tonada
misteriosa entonada en la distancia por un intérprete invisible”.
Sin
embargo, y como decía Shakespeare: “nosotros
somos los que jugamos” por eso no podemos quedarnos solo con nuestro signo
astrológico, debemos conocer nuestra Carta Natal para ser plenamente
conscientes de la individualidad y originalidad de nuestro destino.