La objetividad nos
protege
El día 16 de Julio hace su entrada
triunfal el planeta Júpiter en el signo de Leo por el que va a transitar,
aproximadamente un año, hasta agosto del 2015.
Uno de los epítetos que usaban los
romanos para referirse al dios Júpiter era el de “el gran protector” y,
curiosamente, el planeta del sistema solar que lleva su nombre tiene mucho de
protector.
El planeta Júpiter, un gigante gaseoso,
posee una inmensa fuerza gravitatoria que atrae hacía sí una gran cantidad de
asteroides y cometas cuyas trayectorias, en caso contrario, serían muy
peligrosas para la Tierra y generarían grandes cataclismos.
La astrología denomina a Júpiter, a
través de la mitología romana, como “El Protector” que nos protege de muchos de los peligros que
nos rodean e incluso, de los peligros a los que nos exponemos nosotros mismos.
Esto no siempre sucede, pero sí durante este tránsito por lo que nos vamos a
sentir especialmente protegidos a la hora de asumir riesgos.
Otros de los símbolos asociados a Júpiter
están relacionados con otra de sus denominaciones; “el gran benefactor” y
sugieren cosas como la exageración, el optimismo, la exuberancia, la riqueza,
la exaltación de los sentidos, los viajes (tanto físicos como mentales) y los momentos de extrema felicidad. Motivos
que nos pueden hacer disfrutar mucho de este tránsito
aunque debemos estar muy atentos a lo que la vida nos ofrece durante este
periodo.
La imagen con la que se
representa astrológicamente a Júpiter es la del arquero centauro, ese ser
mitológico mitad hombre mitad caballo que con su arco apunta y dispara hacía el
cielo. Simboliza la capacidad humana de tener objetivos cada vez más elevados.
Júpiter va a realizar su viaje a “bombo
y platillo” por el signo de Leo, regido por el Sol. Durante este tránsito que,
como ya hemos mencionado, durará algo más de un año, Júpiter va a ir exaltando
los significados de todos los signos zodiacales.
Al regente de Leo, el
Sol, se le relaciona en la mitología con el dios Apolo también conocido como
“el que hiere de lejos”, evocador de la objetividad pura como camino hacía el
verdadero conocimiento. Además, el signo de Leo simboliza el brillo, la
energía, el éxito, el poder y el oro lo que, en estos momentos, nos habla no
solo de la conveniencia sino de la necesidad de la objetividad en cada uno de
nuestros proyectos para poder triunfar en ellos.
Para la astrología esta
trayectoria de Júpiter por el signo de Leo y en armonía con Urano augura
grandes cambios que serán sustancialmente positivos y que comenzarán este
verano.
En el mundo económico global representa
el inicio, poco a poco, de la recuperación económica con objetivos financieros
más protectores para la mayoría. Esto repercutirá, en mayor o menor medida, en
la economía personal a modo de concesiones de crédito, nuevos puestos
laborales, rachas de suerte, ayudas, etcétera.
En el mundo científico los éxitos se
sucederán al ampliarse los campos de investigación, proponiendo nuevos
objetivos de búsqueda.
En lo personal aumentará nuestra capacidad
para salirnos de nosotros mismos, la capacidad para vernos desde lejos lo que
nos acarreará un mayor conocimiento de quienes somos, de nuestras propias
limitaciones pudiendo de esta forma limar nuestros aspectos negativos, ser más
objetivos con nosotros y en definitiva con nuestro entorno.
La creatividad se verá
magnificada por un aumento de la inspiración tanto entre los artistas como en
cualquier persona que la desarrolle en su vida cotidiana o en su trabajo.
También se expandirán durante este tránsito el optimismo y la alegría
aumentándonos la intensidad de los placeres frívolos, de los amores y de los
juegos de azar.
Estudiemos las
situaciones satisfactorias que nos alegraron, de forma cíclica hace doce,
veinticuatro, treintaiséis años…y sabremos las que atraerá este tránsito a
nuestra vida actual pero mejorando y aumentando aquellas, haciéndolas mucho más
gratificantes.
Concluyendo, las dos
palabras que tenemos que tener en cuenta en estos momentos para sentirnos
protegidos son las de objetivo y objetividad, por lo que vamos a intentar
conocer más a fondo alguno de sus significados.
El origen etimológico de
la palabra objetivo viene del latín obiectus
formado por el prefijo ob que se
traduce como “encima o sobre” y por el verbo iacere que significa “lanzar o tirar”.
Esto significa que es el
momento de lanzarnos por encima de nosotros mismos hacia el final que deseamos
llegar, hacia la meta que pretendamos lograr.
La objetividad es una
cualidad de lo objetivo, es ver las cosas tal y como son, es reconocer la
realidad como es y no como deseamos que sea, es la que nos debe servir de guía
para que esta época nos conduzca al éxito en cualquiera de los caminos hacía
los que deseemos dirigirnos.
Diciéndolo
sencillamente; busca tu objetivo, lánzate hacía él y que no te distraiga nada
que no sea real.
